jueves, 26 de junio de 2014

ventajas y desventajas de las soluciones tecnologicas con respecto a la piratería en la música

La piratería de grabaciones musicales en soporte material 
(fundamentalmente, de CD, pero también, en muchos lugares, cintas de audio) prosigue sin tregua y, pese al generalizado  interés de la prensa por la reciente aparición del fenómeno en Internet, las formas tradicionales de piratería comercial siguen haciendo estragos y, en algunas latitudes, resultando cada vez más dañinas. En el último informe en el que resume la magnitud del problema, la Federación Internacional de la  Industria Fonográfica (IFPI) calculaba que la piratería comercial en soportes materiales generó en 2003 ventas ilícitas en todo el mundo por valor de 4.500 millones de dólares, frente a  la estimación de 4.600 millones de pérdidas globales en 2002 y de 4.300 millones en 2001. En 2003, más de un tercio de los CD vendidos en el mundo eran pirateados. Esa cifra resulta incluso mayor si se tienen en cuenta  las cintas de audio, pues la IFPI estima que la piratería copa hoy un 40% de todos los productos musicales vendidos en el mundo. Ahora bien, para aprehender en su totalidad los efectos económicos de la piratería de obras musicales no basta con examinar las pérdidas de los productores de fonogramas. Están  además los artistas de todo el mundo que graban discos, cuyos ingresos deberían proceder  básicamente de las regalías que las ventas habrían deparado si hubieran sido legales. Además, un porcentaje sustancial de los ingresos perdidos habría ido a parar a los sellos discográficos y  los cantantes y compositores a los que representan, por cuanto esos CD y cintas ilegales provienen de la reproducción mecánica no autorizada de canciones y otras composiciones sujetas al derecho de autor. De ahí se derivan todas las pérdidas secundarias que la piratería genera inevitablemente: la pérdida de oportunidades de empleo en los estudios de grabación, las tiendas de música y las actividades auxiliares que gravitan en torno a la industria de la música (grafismo, mezcla de sonido, producción  de audiovisuales anexos y labores de comercialización, promoción y publicidad). También son de prever consecuencias en la realización de giras y conciertos en directo, sobre todo en lugares donde abunde la piratería, pues pocos motivos tendrán las empresas discográficas para promover y organizar conciertos cuando ello no haya de traducirse presumiblemente en un aumento de las ventas legales. Las inversiones de todo tipo que en otro momento se habrían destinado a la creación y comercialización de nuevas piezas y soportes musicales se ven estranguladas, efectivamente, por el espectro de la piratería. El negocio de la música es una empresa harto azarosa inclusoen el más seguro de los territorios; y si a las demás variables se suma la sombra de la piratería, no es de extrañar que los inversores emigren hacia sectores más sosegados. Varias son las razones que explican la persistencia de tan elevados niveles de piratería comercial en el sector de la música pese a los notables avances registrados en la aplicación dela ley en una serie de territorios importantes. Un factor de peso es la rápida difusión de los lectores-grabadores de CD-ROM, a la que se añade el continuo aumento de la velocidad a la que pueden trabajar esos aparatos. Hoy es posible, por ejemplo, copiar un disco normal de 74 minutos en apenas algo más de tres minutos.  Otro factor es el exceso de capacidad de fabricación de discos legales en todo el mundo. Aunque esta situación influye también en lareproducción ilícita de películas y programas informáticos, sus efectos son quizá más notorios en el sector de la música. La IFPI calcula que existen hoy en día en el mundo unas 1.040 fábricas de discos ópticos, de las que 300 han empezado a vender en línea en los últimos cuatro años, pese al declive de los mercados legales de sus productos.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario

[COCO TEEN BLOG]