Energía eléctrica renovable
Energía eólica
La energía eólica es la energía obtenida
a partir del viento,
es decir, la energía cinética generada por efecto de
las corrientes de aire, y que es convertida en otras formas útiles de energía
para las actividades humanas.
En la actualidad, la energía eólica es
utilizada principalmente para producir electricidad mediante
aerogeneradores,
conectados a las grandes redes de distribución de energía eléctrica. Los parques eólicos
construidos en tierra suponen una fuente de energía cada vez más barata,
competitiva o incluso más barata en muchas regiones que otras fuentes de
energía convencionales. Pequeñas instalaciones eólicas pueden, por
ejemplo, proporcionar electricidad en regiones remotas y aisladas que no tienen
acceso a la red eléctrica, al igual que hace la energía solar fotovoltaica. Las compañías
eléctricas distribuidoras adquieren cada vez en mayor medida el exceso de
electricidad producido por pequeñas instalaciones eólicas domésticas. El auge
de la energía eólica ha provocado también la planificación y construcción de
parques eólicos marinos, situados cerca de las costas. La energía del viento es
más estable y fuerte en el mar que en tierra, y los parques eólicos marinos
tienen un impacto visual menor, pero los costes de construcción y mantenimiento
de estos parques son considerablemente mayores.
A finales de 2013, la capacidad mundial
instalada de energía eólica fue de 318 gigavatios. En 2011 la
eólica generó alrededor del 3 % del consumo de electricidad mundial. Dinamarca
genera más de un 25 % de su electricidad mediante energía eólica, y más de
80 países en todo el mundo la utilizan de forma creciente para proporcionar
energía eléctrica en sus redes de distribución, aumentando su capacidad
anualmente con tasas por encima del 20 %. En España la
energía eólica produjo un 21,1 % del consumo eléctrico en 2013,
convirtiéndose en la tecnología con mayor contribución a la cobertura de la
demanda, por encima incluso de la energía nuclear.
La energía eólica es un recurso
abundante, renovable, limpio y ayuda a disminuir las
emisiones de gases de efecto invernadero al reemplazar fuentes de energía a base
de combustibles fósiles, lo que la convierte en un tipo de energía verde. El impacto ambiental de este
tipo de energía es además, generalmente, menos problemático que el de otras
fuentes de energía.
La energía del viento es bastante estable
y predecible a escala anual, aunque presenta significativas variaciones a
escalas de tiempo menores. Al incrementarse la proporción de energía eólica
producida en una determinada región o país, se hace imprescindible establecer
una serie de mejoras en la red eléctrica local. Diversas técnicas de
control energético, como una mayor capacidad de almacenamiento de energía, una
distribución geográfica amplia de los aerogeneradores, la disponibilidad de
fuentes de energía de respaldo, la posibilidad de exportar o importar energía a
regiones vecinas o la reducción de la demanda cuando la producción eólica es
menor, pueden ayudar a mitigar en gran medida estos problemas. Adicionalmente,
la predicción meteorológica permite a los
gestores de la red eléctrica estar preparados frente a las previsibles
variaciones en la producción eólica que puedan tener lugar a corto plazo.
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